¿Eres un vendedor incómodo? Descubre por qué y cómo evitarlo

Este post posiblemente hiera alguna sensibilidad.

Lo asumo.

Pero hoy tengo ganas de dar caña.

De vez en cuando no es malo estrujar el árbol.

Bien. A ver como te lo digo para que no te siente mal.

 

¿Te has preguntado alguna vez…?,

¿que cuando estás tratando de vender algo, notas que la otra persona está mirando el reloj?,

¿te has fijado que en lugar de interesarse y preguntarte sobre lo que ofreces, busca excusas para quitarte del medio?,

o, ¿que el cliente está callado todo el tiempo, parece que te escucha, pero en realidad no participa para no alargar la reunión?

 

Pues lo siento mucho, pero en la mayoría de los casos es por tu culpa.

Si, si, tuya. No mía, ni del cliente, tuya.

 

Está claro que como vendedores que somos, es muy común que nos enfrentemos a situaciones en las que la otra persona no está interesada en comprar y punto.

Esto es más que obvio.

 

Sin embargo, «demasiadas veces», no nos compran por nuestro comportamiento de vendedor incómodo.

Provocando «demasiadas veces» la incomodidad y el rechazo del cliente.

 

Y es que no hemos aprendido o no queremos aprender a vender de verdad.

Me refiero a poner al cliente por encima de nuestros intereses. Eso siempre que queramos clientes y no ventas con calzador.

 

Mira.

Estas son algunas de las principales razones por las que generamos esa incomodidad y rechazo y que «quien nos enseño» a vender no nos advirtió:

 

# Falta de autenticidad: Muchos intentan ser seres de luz utilizando tácticas engañosas para llamar la atención de los clientes.

Resultado: Los clientes te perciben como un falso nada de fiar.

# Falta de empatía: Te centras a menudo en conseguir la venta en lugar del cliente.

Resultado: Los clientes se sientan poco valorados, se dan cuenta que no les está escuchando.

# Falta de conocimiento: Vas de supermán o superwoman y no tienes ni puta idea de lo que tienes entre manos. Te has aprendido lo justo y necesario.

Resultado: No puedes responder adecuadamente a las preguntas de los clientes, generando desconfianza y rechazo.

# Presión excesiva: Utilizas tácticas agresivas para presionar a los clientes a comprar.

Resultado: Incomodidad y hacer que los clientes se sientan obligados a tomar una decisión para ayer.

 

El cortoplacismo,

la comisión,

la presión del jefe,

pagar facturas,

cumplir objetivos,

no conseguir la aprobación de los demás,

querer ser el primero en el ranking del equipo comercial,

no responder a tus expectativas o a las de los demás,

etc, etc, etc.

 

Hablemos claro.

Estas son las putas verdaderas razones por las que cada vez que te acercas a un cliente se echa las manos a los bolsillos y huye.

Bien, nada en contra, faltaría más. Pero que cada palo que aguante su vela.

 

Vuelvo al principio de este post.

¿Eres un vendedor incómodo?

Si es que sí.  Dedícate a otra cosa o aprende a vender de otra manera. Y si no puedes o no te da la gana, tarde o temprano «la venta te dejará a tí».

Esta es mi honesta y subjetiva opinión.

 

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