He dejado muchos «cadáveres» por el camino. En mis inicios fui un muy mal responsable comercial.
Era un experto quemando talento.
Como comercial tenía claro lo que significa vender y sabía los pasos a seguir para tratar exquisitamente a los clientes y que me compraran sin presionarles.
Pero fue ascenderme a responsable comercial y ahí se jodió todo.
Me convertí en un cabronazo con mis vendedores. No les pasaba una.
Sauron, el malo del señor de los anillos era piolín a mi lado.
Mi obsesión era que los comerciales vendieran lo antes posible, en menos de un mes.
Que digo en menos de un mes… en la primera semana y sin apenas formación de producto.
Dos brochazos rápidos de formación en producto y ale… a estrellarse a la calle.
En fin… un disparate.
Menos mal que alguien se me cruzó por el camino y me bajó al suelo de una buena hostia.
Me la dio mi primera mentora, Soledad.
Una gran profesional que me marco el camino de lo que significaba liderazgo comercial.
Ella fue la que me puso un espejo para que me viera la cara de harto de vivir que tenía.
Tal fue el acojone que me entró cuando me vi que tome conciencia de inmediato.
¡Ese no era yo!
Bueno.Por desgracia esta pequeña historia comercial, se repite en muchas empresas hoy día.
Gerentes comerciales que a penas forman a sus vendedores con cero o poca experiencia, pero exigiéndoles resultados desde el primer día y para ayer.
Por eso cuando me llega una persona sin experiencia contándome lo que está sufriendo por esa situación, pocas ventas y mucha presión de arriba, me dejo la piel aún más si cabe.
Porque eso si, los Sauron de turno, en el momento que le llevas comida, ventas, te medio dejan en paz hasta el mes que viene.
(En un próximo email contaré lo que le paso a un cliente con su gerente hace una semana. Spoiler: Le despedió a los 15 días)
A ellos no les preocupa ni cómo, ni dónde, ni cuándo, ni por qué… sólo quieren curarse en salud de cara a su gerente.
Dale resultados y dejarán en paz.
Por eso, estoy feliz de que Elena, Paula, David y Fran, comerciales agobiados por la presión de sus respectivos Sauron, hayan mejorado sus ventas después de trabajar en mi mentoría.
Ahora, trabajan más relajados y sin tanta presión.
Y cuando uno deja de tener presión y aprende a trabajar con un buen proceso comercial, se puede hinchar a vender.
Feliz día.
PD: Si no tienes las ventas que deseas o las de tu equipo. Vendéis como Dios os ha encaminao, pero sin estructura, técnica, ni herramientas…
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